Leer nos abre ventanas a diferentes paisajes y podemos recibir diferentes vientos que nos refrescan y renuevan.

Sergio Sinay suele inspirarme y sacarme la modorra frente al teclado, opera como un disparador que me motiva y me compromete: menuda tarea nos proponemos, invitarlos a que los que nos leen se sientan motivados  y comprometidos.

Compromiso Ambiental

Invitamos al compromiso ambiental, como siempre, esperando que la suma de buenas intenciones conservacionistas siga generando empatía y acciones concretas que permitan seguir viviendo en un mundo habitable armónicamente por distintas especies.

Queremos motivarlos como un empujón, atrayendo al compromiso sustentable, avanzando juntos en pos de un logro: cuidar Nuestra Casa que tanto placer nos proporciona. Motivar  es la causa de una acción. “La palabra motivación proviene del latín motivus (movimiento) y el sufijo -ción (acción y efecto).” La motivación sabemos se nutre de emociones que como torbellino se arremolinan en nuestra mente y en nuestro corazón.

Pero no sólo debemos tener un impulso conservacionista, debemos  dejar nuestra impronta en nuestro entorno, con espontaneidad reflexiva, con imaginación creativa, visualizando las circunstancias futuras. Usemos la comprensión, el discernimiento, que podamos trazar coordenadas efectivas.

Cuidar lo que amamos

 

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Zona de Confort¡ conviene moverse!

Toda acción consideramos, debe tener un costado emocional y también racional. Salir de lo que se conoce como “zona de confort” usando como combustible las lecturas, los ejemplos de otros quijotes ambientales, la tarea de profesionales que nos guían.

Por lo tanto, el compromiso pensado y racional es el camino que sigue. Compromiso ambiental en el ámbito laboral, en el profesional, en nuestro mundo social y seguro vemos y veremos resultados. Comprometernos partiendo de los recursos con que cada uno cuenta, diseñando nuestra propia hoja de ruta, sabiendo que no faltan las dificultades, la apatía, los mensajes gubernamentales poco claros.

Creemos que entre todos orientamos la brújula para llevarnos desde distintos puntos del mundo a nuestro norte y como si fuéramos jinetes, saltando las vallas a sortear. La determinación compartida es seguir comprometidos, con un propósito que merite encaminar nuestra energía.

Motivados y comprometidos y releer a  Nietzsche  que con mucha sabiduría  decía:

“Quien tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo.”