Recorrer los espacios naturales del planeta nos lleva invariablemente a un viaje a la intimidad; que al regresar, se convertirán en un resumen de espacios en nuestra mente y en nuestro corazón.
Viajar es pasión por el silencio frente a una roca colgada en las colinas o el susurro del agua que corre por un arroyo.
Los paisajes nos alejan de la cultura consumista, nos invitan a crear un “territorio nuestro” de conversaciones, de lecturas, de exploración. Fortalecen la salud física, psíquica y emocional. Son momentos de priorizar valores y presencias, de diálogos íntimos, de encuentros con sentido, de reflexión ante la vida.
Viajar alimenta la curiosidad, la creatividad, la inteligencia emocional, la espiritualidad y la gratitud por estar vivos. Nuestros recorridos nos llevan a momentos de vida plena, a momentos e instantes de felicidad.
Los Paisajes que la naturaleza ha creado para nosotros desatan virtudes en nuestro ánimo y carácter como la Templanza. Decía el recordado Eduardo Chaktoura que es “lograr que la voluntad gobierne sobre la pasión descontrolada, la ansiedad y la ira” que todos los días alteran nuestro vivir. Moderar la temperatura emocional es clave para apreciar la naturaleza y comprometerse a cuidarla. Lograr el equilibrio que todo hombre necesita para desarrollar su vida sin caer en el precipicio.
Vacaciones, tiempo de descanso productivo, tiempo de templanza y moderación.
Viajar es marcharse de casa,
es dejar los amigos
es intentar volar
volar conociendo otras ramas
recorriendo caminos
es intentar cambiar.
Viajar es vestirse de loco
es decir “no me importa”
es querer regresar.
Regresar valorando lo poco
saboreando una copa,
es desear empezar.
Viajar es sentirse poeta,
es escribir una carta,
es querer abrazar.
Abrazar al llegar a una puerta
añorando la calma
es dejarse besar.
Viajar es volverse mundano
es conocer otra gente
es volver a empezar.
Empezar extendiendo la mano,
aprendiendo del fuerte,
es sentir soledad.
Viajar es marcharse de casa,
es vestirse de loco
diciendo todo y nada con una postal,
Es dormir en otra cama,
sentir que el tiempo es corto,
viajar es regresar.
Gabriel García Márquez
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