…»¿Hasta cuándo la mano del bosque en la lluvia
me avecina con todas sus agujas
para tejer los altos besos del follaje?
Otra vez
escucho aproximarse como el fuego en el humo
nacer de la ceniza terrestre,
la luz llena de pétalos,
y apartando la tierra
en un río de espigas llega el sol a mi boca
como vieja lágrima enterrada que vuelve a ser semilla».
Pablo Neruda en Nacido en los bosques
Las utopías como motores de cambios, de recuperación de un espacio majestuoso que se ha perdido, como ocurrió con el incendio del Bosque de Alerces en la provincia de Chubut, cercano a la localidad de Cholila son claramente palpables, se llevan a cabo en equipo.
El incendio se produjo en el verano de 2015, con llamas que arrasaron 41000 hectáreas de bosque nativo de ñires, coihues, lengas,maitenes, alerces milenarios que perdieron su majestuosidad para convertirse en cenizas.
Resembrar
De la mano del conocimiento del ingeniero forestal Daniel Wegrzyn y su esposa se gestó la idea de resembrarlo a través de «disparos» aéreos.
Fue así que se conformó un verdadero equipo junto a alumnos de la escuela agrotécnica Valle de Cholila que prepararon semillas en bolitas de arcilla y estiércol, (método conocido como Fukuoka) las avionetas realizaron la siembra.
En un suelo en el que no se aró, fueron cayendo a la espera que la lluvia deshaga las bolitas y las semillas protegidas así de animales y el sol pudieran germinar.
El tiempo dirá en qué medida esta maravillosa iniciativa cooperó en la reforestación del bosque nativo. No pensaron en lo que pasó ayer, sino en el mañana, en las nuevas generaciones a las que no conocerán.
El trabajo de Cruzada Patagónica es el inspirador de este editorial.
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