“Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados, sin tratar de abrirlos jamás”

René Descartes

Los encuentros emocionan. Descubrir un nuevo paisaje emociona.

Si nos lees estamos significando tu vida, no sólo es transmitir, es sacar de nosotros para dar a otro.

Sin ser pretenciosos, al escribir hacemos lo que sabemos hacer que es Educar a parte de la sociedad en una relación de comunicación humana. Sumar cultura para así agregar eslabones a una cadena que es la vida.

Al escribir contamos y aportamos para empezar a caminar juntos dando lo que somos y lo que sabemos. La emoción de ir descubriendo algo nuevo o ya conocido, pero con otra mirada.

Ciertamente como sociedad, venimos respaldando la vida más natural, se afirma la tendencia de habitar un medio socio-ambientalmente sostenible; de preservar la naturaleza y si viajamos, hacerlo también valorando la cultura local. Se abren así interesantes posibilidades para generar políticas turísticas sostenibles e innovadoras.

Como sostiene el BID “en este sentido, el turismo de naturaleza destaca por su capacidad de cumplir con ambos objetivos, al ser susceptible de contribuir a la conservación ambiental frente a otras opciones productivas extractivas y generar nuevas oportunidades de ingresos para las comunidades locales.”

El ecoturismo, basado en la observación y conocimiento de áreas naturales (como avistamiento de flora y fauna, astroturismo, turismo científico); el turismo rural y comunitario y el turismo de aventura como escalada, ciclismo de montaña, alta montaña, descenso de ríos, buceo, espe­leología, vuelo en globo o en ala delta.

La posibilidad de dejar los entornos urbanos contaminados y el ritmo de vida estresante es una invitación a salir de nuestra zona de confort para transitar nuevas experiencias.

En la naturaleza no todo es sensorial… y cada espectador verá algo diferente. ¿Qué es la belleza si no puedo ver? Aprender a ajustar la mirada nos posibilitará ver un pétalo de rosa sobre una mejilla.

«Nunca mis ojos en la mar serena

fijé, mirando en paz su poderío;

sí los clavé cuando furiosa truena

reluchando en el áspero bajío.

   Nunca del sol en la inmortal carrera

vibró en mis manos la cansada lira,

mas rasgando el relámpago la esfera

con su sangrienta claridad me inspira.» 

Sevilla, 1849.

La naturaleza nos convida a abrir los ojos por dentro, a cambiar la forma de ver las cosas para que éstas cambien de forma. La vida es según como la miramos. Todo lo que creemos es nuestra realidad.

La mirada es esa autoridad con la que cada uno se mide con lo real y dice: “esto lo amo, esto me interesa o esto da sentido a mi vida”.

Hay paisajes que dicen lo indecible, ni nuestra voz lo llega a mencionar, develando secretos que ni Ella entiende.

Aprender a tener valores, cualidades de las actitudes humanas, saber ver la vida y dibujar como un mapa de ella. Afrontar los retos del día a día con ética, sacar de dentro lo que hace la vida mejor.