Las Banderas de Manuel Belgrano

El cuidado del medio ambiente  y la ecología: “La lectura abrió su corazón y su mente…”

     Leemos en las diferentes biografías que de él nos hablan, que estudió en la Universidad de Salamanca, donde se matriculó, graduándose de abogado en Valladolid en 1793.Sabemos que lee al poeta romano Virgilio y sus recomendaciones en el cuidado del medio ambiente que cimentarán su pensamiento ecologista. Poco ha contado Belgrano  de su paso por las aulas peninsulares. Más le interesaron: las nuevas ideas económicas, las noticias de Francia y su revolución, las discusiones de los cenáculos madrileños y de las tertulias donde se hablaba de los fisiócratas y de los escritos de Campomanes y Jovellanos, los pensadores españoles más importantes del siglo XVIII.

Lecturas belgranianas

Belgrano logra acceder a libros prohibidos y con la dispensa del papa Pío VI. Leyó con fruición los famosos libros de la Ilustración francesa de  Montesquieu y Jean Jacques Rousseau, autores de la Enciclopedia. Para los filósofos ilustrados la “naturaleza” significaba casi lo mismo que la “razón”. La razón humana proviene de la naturaleza, al contrario que la Iglesia y la civilización, eran defensores de la “vuelta a la naturaleza”.

Secretario del Consulado

Como secretario del Consulado de Buenos Aires, fue un precursor de lo que hoy se conoce como eco política, como ecología agraria y agricultura sostenible. Sus propuestas tenían  un aliento pionero. Estimulaba la producción de los frutos de la tierra, a la que alentaba a labrar, para conocerla mejor y hacerla provechosa. Sostenía que la agricultura es el verdadero destino del hombre; que todos los pueblos que cultivaban una porción de tierra eran poderosos, sanos, ricos, sabios y felices. La actividad mantenía la vida ocupada y preservaba así al hombre de todos los vicios y males. Belgrano consideraba que el amor por la naturaleza y el cultivo de la tierra eran como un  manantial: permitían a partir de la producción de materias primas, el desarrollo de la industria y la promoción del comercio.

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El hombre de campo labrando la tierra cuidado por la sombra de la Bandera Nacional

Otra Mirada

Manuel Belgrano es hoy el que le da verdadero sentido al país, descubriendolo. Son los fisiócratas los que resignifican la riqueza en el cultivo de la tierra y la agricultura. Con estas actividades el hombre adquiría como valores el trabajo agrícola y la educación. En cambio, para los mercantilistas no significaban nada, ya que no exaltaban el valor de la producción que proporcionaba la riqueza del suelo.

Visión ecologista

Su visión ecologista lo mueve a insistir en el cuidado del suelo: propiciando los estudios experimentales. Por ejemplo, al variar semillas de cáñamo, lino y rotando los cultivos de maíz, trigo y cebada. Considera sin embargo que: “el descanso de la tierra no debe existir, sus perjuicios son considerables, como queda expuesta a los calores sol se debilita exaltándose todas las sales y aceites que tiene, los aires atraen además infinitas semillas […] de las que aún no conocemos sus cualidades”.

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La madera debe cuidarse

    El problema de la utilización excesiva de la madera era para Belgrano un motivo más de preocupación, por lo tanto, sostenía que debían hacerse los mayores esfuerzos en poblar la tierra de árboles, en especial en zonas llanas, ya que conocía que la sequedad podría agravarse si el suelo no estaba protegido por la sombra de los árboles que contribuyen a conservar la humedad.

Al ver la destrucción de los montes y bosques cuyas maderas eran utilizadas para hacer fuego, manifestó que perecerían las arboledas si no se  atendían las consecuencias, si no se reservaban estaciones para los cortes, y que además, habría que abandonar los caprichos como dar por el pie a un árbol frondoso en lo más florido de la primavera, sólo para probar el filo de las hachas.

Belgrano: el primer ecologista patrio

Fue un ecologista antes de que se difundiera mundialmente la palabra ecología. Hoy sabemos que no se puede hablar de sociedad sin vincularla a la naturaleza, surge así la Ecología . Está presente a lo largo de toda la historia de la humanidad. La palabra “ecología” debe su ingreso en el mundo científico a Ernst Haeckel, quién la acuñó en 1869.

Su existencia data de cuando en 1864, cuando el naturalista George Perkins Marsh, en su libro El hombre y la Naturaleza, la definió como: “el estudio de las interrelaciones entre los organismos y el ambiente”.

Pero ahora bien, ¿de qué trata la Ecología?

Según considera el filósofo alemán Hans Jonas, se trata de;

» tomar conciencia del formidable desfase entre la debilidad de nuestras luces y el extraordinario potencial de destrucción de que disponemos.»

En una segunda entrega analizaremos la influencia de la lectura en su mentalidad ecologista.