“Amó los pájaros, los lugares verdes, el viento en los matorrales y vio el brillo de la aureola de Dios”. Epitafio de la tumba de Guillermo E Hudson

Un poco de historia

“En su concepto de progreso, la sociedad de fines de 1800 provocó grandes cambios en los ambiente del Buenos Aires Silvestre antiguo. La deforestación, la fragmentación de hábitats, la destrucción progresiva de ambientes completos y la expansión de las fronteras agrícolas-ganaderas llevaron a muchas especies a extinguirse localmente.

Este lamentablemente es el  caso de la llanura pampeana. Por ejemplo, era común encontrar venados de las pampas conformando grandes manadas en Buenos Aires pero hoy solo podemos verlos en el Parque Nacional Campos del Tuyú – cerca de la Bahía Samborombón-.”

https://buenosaires.gob.ar/contenidos-educativos/guillermo-e-hudson

Explotar o conservar la fauna

Durante las primeras décadas de vida independiente, la preocupación por conservar los recursos naturales era casi nula. Se pone en práctica una economía regional autosuficiente que conlleva la continuación del deterioro de los ecosistemas, ya que se continúa con una postura explotacionista, es decir, no se evalúa que el resultado será el agotamiento del recurso y los ecosistemas destruidos. Estamos frente a la imagen de una riqueza inagotable y explotable por siempre con sobrados testimonios de depredación. La destrucción de recursos fue más intensa en los casos en los que había un destino industrial y según sostienen Antonio Brailovsky y Dina Foguelman era difícil tener criterios conservacionistas cuando no se conocía el territorio americano y cuando los extranjeros cazaban animales que no tenían uso local, es decir sin utilización definida.

Entendemos que el europeo que ocupó estas tierras tenía tradición de cazador-exterminador. Los controles eran dificultosos, aunque no imposibles, pero no abundaban hombres que llevaran a cabo una política conservacionista. Durante las sucesivas campañas militares se sabía que la fauna silvestre era tan abundante que no era necesario proveer de carne a los contingentes: podían perfectamente alimentarse de la caza de animales silvestres. De hecho, queda demostrado que, como toda sobra, todo puede ser usado sin límites, la naturaleza, aunque salvaje les proveerá de nutrias, carpinchos, vizcachas, cerdos silvestres, perdices y quirquinchos.

Mulita

Carpincho

Nutrias pampeanas

Pero esta naturaleza también es enemiga, despiertan temor las serpientes y las plagas tanto de langostas como de loros.

Guillermo E Hudson: naturalismo pampeano

Sin seguir una cronología precisa, el relato de un escritor naturalista como Guillermo Hudson  (1841-1922)  nos habla de este tema “[…] pero había algo en la serpiente que producía un efecto más poderoso y del todo diferente del de pájaros o mamíferos…verla sobresaltaba siempre […] eran criaturas mortíferas” Este poeta había crecido entre los paisajes del campo argentino, rodeado por la entonces naturaleza virgen y mostraba un espíritu conservacionista, era un hombre contemplativo que profundizó el amor a la naturaleza no con su pluma sino con su corazón. Nos permitió conocer la tierra que amó y sintió.

“Percibir o no los matices criollos es quizá baladí, pero el hecho es que de todos los extranjeros nadie los percibe sino el inglés. Miller, Robertson, Burton, Cunninghame Graham, Hudson.”

Jorge Luis Borges

Hudson fue el gran impulsor del estudio de las aves y el naturalismo en la Argentina. Fue un ornitólogo de campo, dedicándose al estudio de las aves y sus conductas en la vida silvestre. Guiado por Burmeister -director del Museo de Ciencias Naturales de Buenos Aires por ese entonces-, envió parte de su colección de pieles a prestigiosas instituciones especializadas del extranjero.

Calandrias, tacuaras, ñacundá (de boca grande) de hábitos nocturnos, horneros, cardenales con su cabeza escarlata, carau, churrinches, jilgueros, mixtos, garzas moras, teros, loicas, etc

https://youtu.be/kmfxvPFqATU?si=efiCJniC73qfM7BD

Su libro Aves del Plata (1920) es una obra de ciencia pero de gran belleza, dónde describe minuciosamente 192 especies de aves. La obra original, editada en 1920, estuvo acompañada por 22 acuarelas en láminas a color.https://buenosaires.gob.ar/contenidos-educativos/guillermo-e-hudson#Subt%C3%ADtulo%203

“Allá lejos y hace tiempo”

“Vimos un número asombroso de aves, principalmente patos salvajes, unos cuantos cisnes y muchas zancudas: cuervillos, garzas, espátulas y otras; pero las más maravillosas de todas eran tres inmensamente altas, de color blanco y rosado, andando en fila por el agua con aire solemne, a unas veinte yardas de la orilla y separadas entre sí por una yarda o algo más. Quedé admirado y encantado ante ese espectáculo y mi placer se intensificó cuando la primera se detuvo y, alzando la cabeza y el largo cuello, abrió y sacudió las alas. Porque éstas al abrirse, eran de un espléndido color carmesí y aquella ave me pareció la criatura más angelical de la Tierra.”

Garzas

Invitación a ver y mirar

Cuando viajamos podemos mirar sólo lo superficial o ver más allá.
Mirar como turista o como viajero.
Como escriben en Una vuelta por el universo

Unos miran con los ojos, y otros ven con el corazón.

Por el camino me voy
No tengo apuro en llegar no, no
Tampoco tiempo para detenerme
Tal solo solo quiero rodar

Voy con el viento detras
El va empujando mi andar
Porque tan solo soy un barrilete
Que con la tarde se va

Y voy, porque soy sombra y soy luz
Y voy, porque soy tierra y soy mar
Porque soy grito que habrá de escucharse
O más allá o más acá

Y por que el sol parece lluvia
El trigo verde girasol
El sol parece lluvia
El trigo verde girasol voy, porque no puedo volver
Y voy, porque asi puedo cantar
Porque mis ojos serán de la tierra
Y mi alma se ha de esfumar

Porque el sol parece lluvia
El trigo verde girasol
El sol parece lluvia
Y el trigo verde girasolhttps://youtu.be/ONIcoTe4tPw?si=cmE_U4BI31YBQtuB