Sin duda una forma por demás placentera de aprovechar los recursos naturales no pasa por la agricultura, la ganadería, la minería o la explotación forestal sino por el Turismo. Estamos hablando del ocio como tiempo recreativo y enriquecedor, como motor para disfrutar los múltiples paisajes que el mundo ofrece y en especial en América Latina.

Gracias a la gran diversidad climática y geomorfológica, Latinoamérica  tanto puede ofrecer un desierto como una selva, bosques sombríos, cataratas y saltos majestuosos como el del Ángel en Venezuela, picos nevados  y cerros que se mezclan entre  las nubes, ríos torrentosos u otros mansos plenos de meandros, lagos y lagunas como pequeños mares a gran altura. Paredes de hielo que avanzan o retroceden entre montañas cordilleranas y lagos glaciarios. Todas expresiones de lo que la naturaleza tiene reservado para el ojo atento y el  alma inquieta que desea comulgar con los escenarios más emocionantes.

Como ejemplo de los paisajes naturales y la posibilidad de experimentarlos basta con mencionar el carrovelismo  que se practica en  la Pampa del Leoncito, un lugar único en el mundo, en la provincia de San Juan,  Argentina.  Este es un deporte fascinante que obtiene la velocidad del viento a través de un parapente de mano cuya manipulación permite tirar un carro. Imaginemos una extraña planicie de 14 kilómetros de largo por 5 de ancho donde hace millones de años se secó un enorme lago. Hoy la vemos como  una superficie lisa  de color blanco radiante, sin ningún arbusto.

Cambiando de  latitud y de clima  podemos ser parte de la naturaleza de un glaciar .Sin duda un espectáculo indescriptible  e  imponente que colma de asombro y admiración, incluso ya desde el primer avistamiento a varios kilómetros de distancia, en el camino. La contemplación de bloques de hielo del pleistoceno  deja sin aliento a quien vibra entre el frío y el viento. Podemos estar en Argentina en el glaciar Perito Moreno o en Chile en el Glaciar Grey del  Parque Torres del Paine  entre témpanos flotantes  e imponentes montañas. Hacer una prolongada caminata o  escalar  poder reconocer  que ser parte del paisaje es posible.

Bendición es tener en nuestras patrias todos  los escenarios cambiantes y  bellos  que existen,  en lugar de  haber sólo la nada. Reflexionemos  e imaginemos un mundo sin estas bellezas. Aunque estas imágenes nos lleguen por la web o por TV, tendremos tiempo luego para recordar y serán esos recuerdos visuales o sensoriales los que  nos acompañen.

Pensar en el mundo y pensarnos en él, como parte del mismo y de sus bellezas naturales: es pensarnos con otros. No dejemos de asombrarnos por de ser parte del misterio ambiental  y  respondamos  haciendo de la propia vida una respuesta al cuidado, a la preservación, para que nuestros hijos lo disfruten también. De lo contrario nos cobijará sólo la nostalgia  que es, en cierto modo, el reconocimiento de lo que hemos vivido y valorado.

Como nos decía Jean Jacques Rousseau “la Naturaleza es el lugar del goce estético, es el ámbito en el que el hombre, en humilde contemplación, desarrolla su capacidad de sentir”

 

Extractos del poema: EL OCIO, DULCE MELODÍA

Déjame que escuche…

Estoy con el oído pegado en tierra.

declina el día,

cantan los pájaros por última vez, derramando todo

lo que aún guardaban en sus voces.

Ocio devastador y al mismo tiempo vivificante

en los jardines internos del pensamiento,

sentada en el jardín de los intentos

con una verde planicie por delante

degustando las mieles de la quietud anhelante

 

Lee todo en: Poema EL OCIO,DULCE MELODÍA, en Poemas del Alma http://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-141647#ixzz3f9AhMl5h

 

Que así sea y continúe !!!!

 

Carrovelismo Glaciares