Las palabras bellamente entrelazadas de dos jóvenes estudiantes que se animaron, siendo nuestras alumnas, a escribir sobre el GRAN CHACO:

VUELVE”:

“Reflejo de luz brillante
que sacias nuestra sed
que alimentas nuestra patria
con tus ríos, arroyos, lagos, esteros y lagunas.
Tenemos la necesidad de que nos vuelvas a inundar con tu oro cristalino,
vuelve a caer de las nubes en forma de hermosa lluvia estival.

Oh agua…

Agua para el gran Chaco, deja que el noreste argentino
absorba tu belleza y dé vida de nuevo a nuestros áridos suelos.
Te hemos desperdiciado, te hemos dado la espalda,
te hemos dejado ir , porque nosotros, arrogantes,
no valoramos tu importancia.

Oh agua…

Vuelve a humedecer nuestros corazones
y despójanos de esta sequía invernal
que agrieta nuestros suelos
vuelve, tan sólo vuelve.

Queremos nuevamente sentir en nuestros labios tu fresca pureza,
como chubasco, como borrasca.
Regresa aquí con los humildes chaqueños
que quieren que vuelvas, que sólo vuelvas.”

El Gran Chaco

Ailén Mariotto nos dice:

Agua Dorada

«Formosa, chaco,

zonas donde tú, agua, eres la mayor salvación.

Gracias a tí, divina agua

nuestros antepasados los Tobas

pudieron dar vida a nuestros abuelos y ellos a nuestros padres

quienes nunca podrán olvidar aquellos días cuando iban a pescar,

con flechas de caña, arcos de madera de jacarandá,

cueros y tendones.

Te damos gracias a tí, agua cristalina,

que nos brindaste siempre tus ríos:

como el Bermejo y el Pilcomayo,

nos permitiste pescar y alimentarnos,

cultivar en suelos que tú inundas, admirar tu flora,

tus sauces y ceibos que forman una selva en galería a tus orillas,

tus quebrachos y algarrobos que pintan de verde

la hermosa llanura.

Agua dorada,

tú que brotas de las montañas y caminas hasta nuestros pies

te dejas sentir, te dejas beber por el aguará guazú y los osos hormigueros.

Tú símbolo de la vida, naturaleza plena,

venerados sean tus reflejos,

que tanto tienen para decir

y, que nuestra cultura siempre irradiará».

Aguará Guazú del Chaco