¡Es la guerra, es la guerra! ¡Mientras todo solloza,

bajo una luna en olas de sangre humana tinta,

el hombre en fratricida tragedia se destroza!

La guerra es un absurdo

 Emilio Bobadilla

No menospreciamos ni olvidamos los padecimientos de inocentes en medio del avance ruso sobre Ucrania, pero nuestro blog intenta echar luz sobre otra faceta del avance bélico.

  La muerte, los heridos, el bombardeo de ciudades enteras vienen a nuestros ojos para visibilizar el impacto de las disputas armadas, incomprensibles.

Secuelas en el medio ambiente

Nos permitimos analizar la secuela en el medio ambiente para que no pase inadvertido dando paso a un problema medioambiental casi definitivo.

Algunos de los problemas que conlleva arrojar misiles de largo alcance, drones- bombas es que acabarán dimanando compuestos tóxicos que ponen en peligro la vida de los ecosistemas. Campos cultivados, la tala deliberada de bosques salvajes, los incendios, la contaminación de los ríos, de los recursos naturales que abastecen de vida a la sociedad y contribuyen a alimentarnos y crecer en paz y en seguridad; todo constituye una catástrofe.

La ONU sostiene que “la guerra y los conflictos armados pueden resultar en una acelerada degradación ambiental a causa de la lucha de los humanos por la supervivencia y la descomposición de los sistemas de gestión ambiental que protegen los ecosistemas.”

«Busco guerra en la paz, paz en la guerra,

el sosiego en la acción y en el sosiego

la acción que labra el soterraño fuego

que en sus entrañas bajo nieve encierra

nuestro pecho. Rodando por la tierra

al azar claro del destino ciego

vida en el juego y en la vida juego

buscando voy.

Pues nada más me aterra.» 

Miguel de Unamuno

La Naturaleza siempre sorprende

A los efectos de los enfrenamientos debe sumarse la degradación de la capacidad gubernamental e institucional para invertir en la reconstrucción de los ecosistemas. Sin embargo, se genera una paradoja: la recuperación de espacios, que el hombre deja liberados, por parte de especies salvajes como lobos, osos pardos, linces… como si la naturaleza volviera a reclamar su lugar. 

Foto: Soldados ucranianos encima de un tanque. (REUTERS/Maksim Levin)

Ya han ocurrido desastres en otros enfrentamienos como el agente naranja en Vietnam, en Àfrica: los antílopes, monos y roedores, los gorilas y los elefantes de los bosques que han sufrido terriblemente por las guerras civiles congoleñas. Sumémosle la reducción de las marismas por el armado de diques y canales en Irak, la extensa deforestación en Afganistán, la explotación irresponsable de la vida silvestre y las hierbas medicinales en Nepal.

Sin embargo, también existen oportunidades importantes para vincular el medio ambiente con la consolidación de la paz.

No hay nada que la guerra haya conseguido que no hubiésemos podido conseguirlo sin ella.

Y  la Humanidad toda sufre una derrota