El Patrimonio Natural de la Humanidad de Bolivia es desde el 22 de noviembre del 2000 el Parque Nacional Noel Kempff Mercado en homenaje al distinguido biólogo boliviano.

Noel Kempff Mercado

“En su afán por conocer las fuentes del néctar usadas por las abejas se aproximó al mundo de las flores, su curiosidad lo llevó a profundizar sus conocimientos de botánica y zoología.”

Según la Fundación Noel Kempff Mercado fue un conocedor de la geografía oriental boliviana que exploró distintos lugares atractivos biológicamente, buscando nuevas especies tanto de fauna como de flora. En esta dedicación, luchó tenazmente por la conservación de zonas de interés ecológico impulsando la creación de varios parques nacionales.

“El Mundo Perdido”

En 1906 el Presidente de la Real Sociedad Geográfica de Londres habló con el Coronel Percy Harrison Fawcett sobre el gran potencial económico de Sudamérica y le propuso dirigir expediciones por esa región.

En sus Diarios personales, Fawcet describe las laderas boscosas de lo que hoy se conoce como Meseta de Huanchaca, de Caparús o Caparuch , a una altura de entre los  200 m y los 1000 m, y la llama el “Mundo perdido”:

[…] “empezamos a oír el sonido de un salto de agua que se fue haciendo cada vez más fuerte. De pronto llegamos a un claro, y allí, ante nosotros, estaba la imponente cascada El Encanto, cuya parte inferior parecía estar cubierta por una neblina. Las paredes de roca que rodeaban la poza de agua cristalina estaban decoradas con helechos y bromelías”.


bromelia

Sir Arthur Conan  Doyle

Hay quienes opinan que los diarios y fotografías de Fawcet inspiraron al autor inglés  Sir Arthur Conan  Doyle al redactar su novela  “El mundo perdido” donde describe una selva virgen, un mundo mítico, donde habitaban hombres-mono y dinosaurios aterradores que supuestamente sobrevivieron hasta nuestros tiempos:

“Era un paisaje a toda página, coloreado toscamente, el tipo de bocetos que los pintores de paisajes naturales suelen hacer como guía para una futura obra más elaborada. En primer plano se veía una suave vegetación de color verde pálido, que ascendía en pendiente y terminaba en una línea de riscos de un color rojo oscuro, curiosamente plegados con rebordes en forma de costillas que me hicieron recordar algunas formaciones basálticas que había visto. Se extendían como un muro ininterrumpido por todo el fondo del paisaje. En un punto se elevaba una roca piramidal aislada, coronada por un árbol corpulento, y que parecía estar separada del risco principal por una hendidura. Detrás de todo, un cielo azul tropical. Una delgada línea verde de vegetación ornaba la cumbre del rojizo risco.”

Biodiversidad del Parque.

El parque está ubicado 660 km al noreste de Santa Cruz con una superficie  de  1.523.000 de hectáreas y puede considerarse un ámbito donde la Amazonía está intacta. Se la visualiza como una meseta imponente, a manera de isla de origen precámbrico, con presencia de rocas areniscas y cuarcitas. La zona está surcada por innumerables arroyos y cascadas de aguas cristalinas.

Este Patrimonio Natural  comprende un rico mosaico de hábitats  que asombran con sus bosques tropicales siempre verdes, los bosques de palmeras, los  pantanos, sabanas y bosques secos. Se estima que en este parque  existen aproximadamente unas 4000 variedades de flora, más de 620 clases de aves y poblaciones  de muchas especies mundialmente en peligro de extinción.

Recorrer el Parque  Noel Mercado, permite adentrarse en una flora representada por  orquídeas, bromelias, pasifloras, heliconias, aráceas y palmeras. Árboles como la mara, el roble, el cedro, la goma, distintas especies de palmas como el asaí o palmito.

Repleto de vida.

Es un paraíso para los amantes de la naturaleza, sin embargo,  el peligro asecha con los grandes felinos de la Amazonia  como el jaguar y el  puma; ya lo afirmaba Harrison Fawcett en su diario personal cuando un administrador le contó lo que le ocurrió una noche en el parque:

“Me desperté a media noche y tuve la sensación de que alguien me observaba. Cuando miré hacia la ventana de la cabaña ¡Allí estaba la cara de un jaguar!, y lo único que nos separaba era un mosquitero. Aterrorizado, me encerré en el baño hasta que amaneció”

Otros mamíferos  característicos de la zona son: el chancho de tropa, los venados y especies raras como el perrito de monte, el borochi y el ciervo de los pantanos. Las aves encuentran allí  un hábitat generoso; podemos mencionar  pavas, loros, tucanes, halcones, perdices,  patos, garzas y el  martín pescador. Pequeñas aves endémicas   revolotean bajo un cielo plomizo:  el capuchino del Pantanal, la corbatita negra, el  espiguero negro y crema,  como también  el águila arpía y el piyo.

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Esta vida salvaje también logra acelerar  el palpitar de los corazones de quienes lo recorren al descubrir el sigiloso andar de los reptiles como el caimán negro, la cascabel púa, el sicurí, la tataruga, la tortuga de tierra y muchos otros.

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El parque está en una porción  selvática de Sudamérica grande y rica, que fascina con la imperturbable tranquilidad y el agradable sonido producido por las caídas de agua.

¡La UNESCO nos invita a ser partícipes activos, a convertirnos en custodios ambientales!

Poema

Así lo percibe el escritor boliviano Julio de la Vega en su poema “Del León de Iberia y de la Orquídea de la Selva”:

[…] “Sobre el cadáver del jaguar pintado,

sobre la boa y el venado,

ante un paisaje de cañaverales

y oteando llanos ondulantes del León de Iberia

y de la Orquídea de la selva

escribieron la historia

sobre inmortal madera…

Ahora en el ojo de la selva canta la nueva raza: […]

[…] Tú eres la tierra prometida

canto de amor del taquirari,

cuando los altos totaíes

limpian el polvo de la luna,

tú eres la tierra prometida

¡País del Ojo de la Selva!”