“La
nueva noción de obra de arte no es más un
objeto en sí —es una idea— ya no le basta la tela,
ni la galería, es un acto público en el cual el
público participa plenamente pues lo envuelve.
Es penetrable y transitable, no es limitada, es
repetible . Es idea pura –
no es vendible”.

Nicolás García Uriburu, La movilidad del color,
1968.

Emprendamos juntos un acercamiento al vínculo emocionante entre el arte y el ambiente conociendo la obra de Nicolás García Uriburu nacido en Buenos Aires en 1937 y ya fallecido (2016).

El compromiso ecológico, motivación fundamental en la obra de Nicolás, fomentó su lucha por la defensa de los espacios verdes urbanos en la Ciudad de Buenos Aires. En 1971 defendió los jacarandás en la Plaza Chile de la ciudad de Buenos Aires.

Artista plástico, arquitecto y medioambientalista que expresó con su trabajo su desvelo por el cuidado del planeta. Pionero en Latinoamérica se convirtió en un promotor del encuentro entre arte y las problemáticas ambientales.

Utopía del Sur 1993


En un cuadernillo de acceso gratuito que produjo el Museo de Bellas Artes de Buenos Aires lo llaman «Pionero de la conciencia ecológica» ya que antes de difundirse esta expresión, trabajó para dar a conocer sus preocupaciones y llamar la atención interviniendo edificios , espacios públicos, rios del mundo.

«Entre sus acciones artísticas, se destacan las coloraciones de ríos. En 1968, mientras transcurría la
34° Bienal de Venecia, el artista realizó una de sus primeras experiencias, de gran repercusión: coloreó de verde las aguas del Gran Canal utilizando fluoresceína, un producto ecológicamente inofensivo.

“ La intervención inaugural de García Uriburu – teñir de verde las aguas de Venecia medio siglo atrás, durante (y a espaldas de) la Bienal – significó un punto de inflexión en la historia del arte contemporáneo. No solo en su capacidad de reflexionar sobre la catástrofe ecológica en curso, sino también en el rol y los modos en que el arte configura el mundo. Al brindar otras formas de visualizar nuestras acciones ya no individuales, sino como especie, y al hacerlo con una impresionante performance hasta entonces inimaginable sobre un soporte inaudito, el argentino consiguió un impacto sin par que modificó para siempre la percepción del vínculo entre arte y paisaje”.
Andrés Duprat, Director del Museo Nacional de Bellas Artes.
“ La intervención inaugural de García Uriburu – teñir de verde las aguas de Venecia medio siglo atrás, durante (y a espaldas de) la Bienal – significó un punto de inflexión en la historia del arte contemporáneo. No solo en su capacidad de reflexionar sobre la catástrofe ecológica en curso, sino también en el rol y los modos en que el arte configura el mundo. Al brindar otras formas de visualizar nuestras acciones ya no individuales, sino como especie, y al hacerlo con una impresionante performance hasta entonces inimaginable sobre un soporte inaudito, el argentino consiguió un impacto sin par que modificó para siempre la percepción del vínculo entre arte y paisaje”.
Andrés Duprat, Director del Museo Nacional de Bellas Artes.
Utopía del Bicentenario, coloración del Riachuelo 2010

Pionero del Art Land

» En la década del 1960, las vanguardias plantearon otra forma de pensar y hacer arte. Para algunos
artistas la pintura y la escultura ya no alcanzaban para expresarse. Las galerías y museos fueron
cuestionados. Se buscaba que el arte fuera una experiencia vital y por lo tanto que involucrara al
espectador como participante activo. En este proceso la naturaleza cobró un rol protagónico
ya sea como tema o como parte de la obra misma. Esta propuesta que redefine la relación entre arte
y naturaleza se denomina land art y se inscribe en lo que se conoce como arte conceptual, para el
cual el objeto no es la finalidad del artista, sino vehículo de su idea primordial.
Otras intervenciones artísticas de Nicolás García Uriburu son la coloración de ríos en Europa (el
Sena, en París, y el Rin, en Alemania) y América (el East River, en Nueva York, y el Río de la Plata, en
Buenos Aires), como así también de fuentes (París, Londres, San Pablo, Buenos Aires) y la
plantación de árboles (Frankfurt y Buenos Aires). En la última etapa de su vida, expandió su
activismo ecológico realizando obras a manera de protesta contra la contaminación, la polución,
la deforestación y la utilización de armas nucleares.»

https://www.bellasartes.gob.ar/media/uploads/paginas/uriburu.pdf

Educación ambiental

Colaborar siempre en la concientización sobre las problemáticas ambientales a nivel local y regional permite que nos remplanteemos nuestros valores, posturas, hábitos y hasta rutinas que impulsen el uso
ecuánime de los recursos, el consumo responsable, la mitigación y prevención de daños ecológicos.
Muchas veces la sensibilidad hacia el arte y la cultura está dormida, es hora de despertarla…


Basta de lastimar la tierra, pintemos mariposas en nuestras paredes, plantemos árboles como ombúes, seamos generosos y profundos. Denunciaba con el arte, tiñiendo las aguas del mundo como reservas del mundo, como origen de la vida. Valoremos a las culturas primitivas que la veneraban para garantizar sus cultivos.

«Dar visibilidad a la problemática ambiental de las aguas y de los bosques con obras de arte»