Rosario de bellos pueblos

En el Noroeste argentino, en la Quebrada de Humahuaca recorrida por el río Grande sobresalen cerros magníficos por sus colores. Este valle profundo tiene  un rosario de  pequeños pueblos como Volcán, Tumbaya, Purmamarca, Maimará, Tilcara, Uquía, Huacalera y Humahuaca cerca del paralelo 22º S.

Los cerros coronan las noches  estrelladas, soportando el viento que  sopla gélido y levanta el polvo, escuchamos los ecos de diversos sonidos que aparecen  como destinados  a resonar por siempre en el firmamento.

Son los paisajes incaicos que diariamente recorren  pobladores taciturnos que mantienen la tradición desde hace 5000 años comiendo quinoa,  papas, maíz y carne de llama.

 El Hornocal

La Cordillera de los Andes se viste en este sector de maravillosos pigmentos para formar el Cerro de los Siete Colores y el del Horconal o de los Catorce Colores que cobijan un rico patrimonio geológico. Loa cerros están formados por grandes unidades geomorfológicas que combinan materiales de ambientes continentales y marinos con una antigüedad desde el Precámbrico (hace más de 600 millones de años) hasta los depósitos más recientes Cenozoico período cuaternario.

Los colores  en las montañas reflejan diferentes composiciones mineralógicas como el salmón compuesto por arcilla roja, fangolitas y arilitas; el color blanquecino que proviene de las cualitas y la piedra caliza o calcárea; los marrones y morados que reflejan los compuestos de suelos margos arnidosos, ricos en carbonato de calcio; el color rojo o colorado compuesto por arcilitas (hierro) y arcillas , el color pardo terroso de rocas con manganeso, el color verde que tiene porfilitas y óxido de cobre y el color mostaza amarillento que se encuentra en areniscas calcáreas con azufre, entre otros.

Estos cerros que parecen pintados de rojo, naranja, verde, amarillo, ocre, marrón en esta cadena montañosa deslumbran a nuestros ojos, quedamos fascinados y quisiera  ya un buen pintor haber ideado este cuadro maravilloso. A 4300 mts sobre el nivel del mar, pocos habitantes o casi nadie comparten el ambiente con  algunas vicuñas curiosas.

vicunas

Historia viva

Allí están los collas, los descendientes de los pueblos originarios como los apatamas, los Omaguacas y los Diaguitas. Allí viven el viento, el sol y la magia de un arco iris en tierra, en las entrañas de los cerros desde hace millones de años.

«Por qué los collas se han quedado entre los cerros

sabe que allá arriba se respira el aire puro,

porque es dueño de las horas, del pastaje de los animales y de la

vida que le han dejado sus antepasados.»

Que así permanezcan  y se perpetúen en los siglos por venir.

Parafraseando a  Atahualpa Yupanqui pero con la licencia de algunos cambios diríamos

«Soy del cerro de los colores,

donde no sabe llover,

donde nadie cruza el río,

cuando en primavera, le da por crecer.»