En nuestro planeta comprobamos casi día a día la frágil supervivencia de especies autóctonas, especialmente en el hábitat del que debieran ser protagonistas.

El Tapir Latinoamericano.

Esta crisis encuentra responsabilidad en múltiples causales, como el desarrollo de actividades humanas que atentan contra animales, plantas y sus ecosistemas. Es por este motivo que se intenta reincorporar al TAPIR, el herbívoro Neotropical más grande, en la Reserva Natural Iberá en la provincia argentina de Corrientes.

La ambición de The Conservation Land Trust a largo plazo es encarar «un proyecto para establecer, al menos, dos poblaciones autosustentables de tapir en el área protegida Iberá, con el objeto de restablecer una especie clave en el ecosistema y contribuir a la recuperación de la diversidad regional.»

La procedencia del nombre «tapir» se cree procede del vocablo tapiich con el que los cainguá de la etnia guaraní los conocían. Es un animal primitivo que no ha cambiado su apariencia física desde hace millones de años.

También conocido como Mboreví , el Tapirus terrestris es un perisodáctilo el mismo orden al que corresponden los caballos, los burros, las cebras y los rinocerontes. El tapir es el mayor herbívoro terrestre de Argentina.

Se conocen el Tapir andino, el Tapir norteño que vive desde Tehuantepec en México hasta el Ecuador y el Tapir brasileño que es el más común y pertenece a la parte norte de Sudamérica.

Pueden superar el desafío de la relocalización ya que se adaptan fácilmente al cambio de dieta, de condiciones ambientales y de hábitat.
Según informa la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)  » Son excelentes nadadores y buceadores, y también se mueven velozmente en tierra. Tienen una longevidad de 25 a 30 años. Durante el día suelen moverse dentro de bosques y en la noche salen hacia zonas más abiertas como matorrales o pastizales, ríos y lagunas. Cuando los días son muy calurosos, pasan largos períodos de tiempo sumergidos en el agua. El tapir prefiere los bosques en regeneración respecto a los bosques maduros, esto probablemente ocurre por la mayor abundancia de especies vegetales pioneras, las cuales son más palatables y con menos estructuras de defensa. También prefieren sectores de palmares.»

La envergadura de este herbívoro llega a 2 metros de largo y 1 metro de alto llegando a pesar entre 150 y 300 kilos.

«Amargas lunas mates de estero hechizan, muertas,
noches
de frutos altos y de tácitos vuelos.
Ríos de cocodrilos y de tortugas lentas
descaman las estrellas de un calcinado cielo.

[…]
Carnívoros estambres, piedras que encierran astros;
troncos que se hacen nudo mortal bajo agua quieta;
peces de aguda voz, aves de mudos rastros.

La cruz del sur, guardiana de sus misterios, arde,
cual cifrando en su acorde de siderales neones
la música del mundo en su primera tarde. «


Josefina Pla